Por Robert Veras
En Santo Domingo Este, como en cualquier otro lugar del mundo, existen políticos serios y comprometidos que se dedican a promover el progreso y mejorar la vida de sus conciudadanos. Estos individuos entienden que la política es una herramienta para el servicio público y la transformación social.
Sin embargo, lamentablemente, esta minoría de políticos bien intencionados y dedicados a su labor es opacada por aquellos que solo buscan enriquecerse y aprovechar los privilegios del poder. Estos individuos carecen de ética y compromiso con el bienestar colectivo, poniendo sus intereses personales por encima de los de la comunidad que deberían representar.
La corrupción y el nepotismo son males que han socavado la confianza de la ciudadanía en la clase política de Santo Domingo Este, y en el país en general. Los escándalos de desvío de fondos públicos, el favoritismo hacia amigos y familiares, y la falta de transparencia en la toma de decisiones son problemas persistentes que minan la credibilidad de nuestras instituciones democráticas.
Es importante destacar que no todos los políticos son corruptos. Es injusto generalizar y etiquetar a todos por igual. Hay personas que, a pesar de los obstáculos, continúan luchando por el bien común y trabajando arduamente para hacer una diferencia positiva en la vida de los ciudadanos. Estos políticos serios merecen reconocimiento y apoyo.
Para cambiar esta situación, es fundamental que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto de manera informada y responsable. Debemos investigar y conocer a los candidatos, evaluar su trayectoria, su compromiso con la honestidad y el servicio público, y no dejarnos llevar por promesas vacías o por una campaña de marketing efectiva.
Además, es necesario fomentar una cultura de rendición de cuentas y transparencia en la política. Los políticos deben ser vigilados y responsabilizados por sus acciones. La sociedad civil y los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la denuncia de actos de corrupción y en la exigencia de medidas que promuevan la integridad y la justicia.
En conclusión, aunque existen políticos serios en Santo Domingo Este que se dedican a promover el progreso y mejorar la vida de sus conciudadanos, es innegable que estos se ven opacados por aquellos que buscan enriquecerse y acaparar privilegios. Sin embargo, no debemos perder la esperanza y debemos trabajar juntos como sociedad para fortalecer nuestras instituciones y exigir un liderazgo ético y comprometido con el bienestar colectivo